MATEO Y LA REBELIÓN DE LOS COPOS DE NIEVE O "CUÁNTO FALTA... PARA EL VERANO?"
“ Lo sé, papá, mañana hará calor” insiste Mateo, y contando con los dedos razona: “porque, mira, si ayer hizo frío, antes de ayer hizo frío y viento y antes de antes de ayer llovió, pues...”se queda pensativo en sus cálculos y de repente se le ilumina la cara y exclama con un entusiasmo totalmente fervoroso y fuera de toda lógica “mañana hará calor!”
Coge una galleta del paquete rasgado y la moja en el vaso de leche calentita que le ha puesto su padre para merendar y de su boca sale un minúsculo y encantador hilillo de vaho; mientras se come la galleta con la mirada ausente, en sus ojos se puede vislumbrar cómo "surfea" entre imágenes veraniegas con su bañador de Spiderman, que todavía permanece en el altillo, y su tabla de corcho azul marino que lleva serigrafiada una enorme rana de colores dando un gran salto: guerras de pistolas de agua, castillos de arena con fosas llenas de cocodrilos, tirarse de bomba a la piscina...
Nacho se sonríe con cierta resignación, mueve la cabeza, mira por la ventana y se lleva una mano a la cara y a continuación dice con tono socarrón “Entonces qué, Mateo, mañana vamos a Aquarama?”y esboza un gesto de hacerle cosquillas a su hijo en la tripa, a lo que el niño reacciona con un brutal y huracanado “SI”, salta de la silla y echa a correr por el comedor con alegría hasta que tropieza con el edredón medio caído que yace en el sofá.
Podría ser una tarde del mes de Febrero cualquiera, pero el niño no está de vuelta del cole, ya no hay, ni su padre sale de una estresante jornada laboral, ambos están de vacaciones porque…. Ya es 31 de Julio.
El verano más frío de la Historia: en otoño ya se percibió que la Tierra empezaba a moverse muy ligeramente mas lento, se sabía desde entonces que esto iba a acarrear una serie de consecuencias extraordinarias, una de ellas era esta: el más crudo invierno en el mes de Agosto. Este fenómeno se seguía con pasión por la mayoría de los habitantes del planeta.
Por casi todos. Mañana, 1 de Agosto, Mateo cumple 6 años y lleva meses planeando su cumpleaños en el parque acuático.
Aunque cumplir años en el mes de Agosto resulta un poco “solitario”, como él mismo reconoce, porque todos sus amigos están en los apartamentos y los chalets o de viaje, le encanta el agua y esta nunca falta en sus fiestas de cumpleaños, que suele pasar con alguno de sus primos o amigos que esté de paso por la ciudad ese día; así que para él y para ese “invitado sorpresa” suelen ser todos los honores.
En este “Verraro”, en cambio, todas las piscinas permanecen inermes y descuidadas, yacen en estado de semi abandono debido a la falta de expectativas de que vayan a ser usadas. El mundo observa este curioso fenómeno meteorológico.... o acuden a las estaciones de esquí, a la espera de una posible nevada.
Dadas las circunstancias, Nacho ha cambiado sus habituales planes de cumpleaños bajo el sol, por uno que Mateo pueda recordar por mucho tiempo...
Ahora es noche cerrada, Mateo ya duerme desde hace un par de horas, su padre descansa en el sofá, mientras revisa el correo en el portátil. La mesa donde antes Mateo se tomaba la merienda, ahora está inundada de bolsas, con artículos de fiesta: globos, tiras de banderas de colores, piñata... todo revisado.
Por la ventana solo se ve noche, un trozo de Negro inmenso y sin fisuras, no hay estrellas ni luna, Mateo y su padre viven en la ciudad; hoy, como ayer, las farolas no se han encendido, por una avería a causa de la humedad.
De repente, una minúscula y blanca figura irrumpe en el inmenso y poderoso Negro: es un insignificante y casi imperceptible copo de nieve. Cae lenta y suavemente desde el marco superior de la ventana y la recorre con actitud indolente a la par que desafiante, unos segundos después van apareciendo dos, tres... seis, diez... cada vez son más y un poco más grandes, van cayendo con su dulce baile, suave y plácidamente, pero todos en la misma actitud firme y desafiante, con el mismo propósito: que el día siguiente amanezca nevado.
"Papa, ya es de día!" Nacho -que lleva esa frase incrustada en el cerebro, por ser la primera que su hijo pronuncia cada día no laborable del año, no importa que hora sea, a condición de que haya luz- abre los ojos ligeramente malhumorado. Está en el sofá, con el edredón por encima, se quedó dormido antes de llegar a la cama, pero no pasa nada porque el sofá es cómodo. Se sienta lentamente y ve a su hijo pasar corriendo, con la sábana roja con estampado de telaraña de su camita anudada al cuello, para ante la ventana y se queda muy quieto, observando.
La misma ventana que unas horas antes era un inmenso cuadro nihilista ahora es toda ella un manto aterciopelado Blanco. Nacho contiene la respiración a la espera de la reacción de su hijo… tres segundos después el niño se gira y grita:
“Siiiii!!! es brutal!!! Hay nieveeee!!!”
Nacho estalla en una gran carcajada de alivio y se levanta lentamente dirección a la ventana mientras su hijo le estira de la mano.
Media hora después, Mateo y Nacho ya están en la calle, todavía en pijama, con sus enormes parcas de buzo cerradas hasta arriba. Mateo intenta corretear y lanza nieve al aire, Nacho permanece quieto, ante el infinito paisaje de dunas blancas, que los copos rebeldes, uno tras otro, se empeñaron en dibujar ayer, mientras ellos dormían.
Son las doce del medio día, por fin luce el sol tras varios días de oscuridad invernal. Ese mismo paisaje está ahora adornado de fiesta con los globos y las banderas de colores atadas a varios árboles, una piñata de la cabeza de Spiderman cuelga torcida de una rama. Un montón de niños corren entre las dunas tirándose bolas de nieve, lanzándose con bolsas de plástico a modo de improvisados trineos o haciendo castillos de hielo con los juguetes de playa.
En las mesas hay varios termos con chocolate caliente y un bizcocho casero decorado con lacasitos... los padres picotean y se calientan con las tazas, charlan distendidamente mientras disfrutan de este insólito espectaculo.
Mateo se acerca corriendo a su padre, todo sudado, le usa de escudo humano y mientras esquiva el golpe de un proyectil, le dice a Nacho: "Lo ves, papa, te dije que hoy haría calor".